Pocas categorías de productos electrónicos pueden ser tan confusas como la de los relojes inteligentes o smartwatches. Los primeros buenos modelos de esta línea comenzaron a aparecer en 2014, liderados por el Apple Watch y los dispositivos con Android Wear de Google.
Samsung también comenzó a usar Android Wear, pero pronto se expandió a una solución propietaria de software y se presentó al mundo el Gear S. Hoy en su tercera generación, el Gear S3, la marca coreana, demuestra que ha aprendido mucho de los errores del pasado y sigue mejorando.
Diseño
Para quien no sabe lo que es un smartwatch, he aquí un rápido resumen: se trata de un wearable (un dispositivo portable), que se pone en la muñeca y se sincroniza con tu smartphone. A partir de él, es posible tener acceso rápido a las notificaciones y algunas de las funciones básicas del teléfono celular, como responder mensajes y hasta cumplir conexiones, dependiendo del modelo.
El diseño aplicado por Samsung es sencillo, pero muy elegante. Parece un reloj «normal», pero tiene muchas características de un producto de lujo, dirigido al público ejecutivo.
La versión que hemos probado del aparato es la Classic, con correa de cuero (en dos tamaños para los diferentes pulsos de los usuarios). Hay otra versión, llamada Frontier, con una pulsera de goma y una textura más «deportiva», dirigida a otro público. El reloj en sí, en ambas versiones, es hecho en acero.
Reproducción
El Gear S3 es un reloj bonito y discreto, sin ninguna extravagancia. No llega a ser tan minimalista como el Moto 360 de Motorola, pero tampoco intenta hacerse pasar por un ordenador de muñeca. La mejor descripción para el Gear S3 tal vez sea la palabra «elegante».
Experiencia de uso
Cargar un smartphone miniaturizado en la muñeca significa tener un contacto aún más íntimo con la tecnología que la que tenemos con el celular o con el PC. Esto también quiere decir que la experiencia de uso tiene que ser la más natural e intuitiva como sea posible.
Hay botones en el lateral del dispositivo de Samsung que, una vez u otra, deben ser utilizados para realizar ciertas tareas. En algunos momentos, el uso de estos botones puede parecer confuso, y lleva algún tiempo hasta que el usuario aprende sus usos. Pero este es sólo un contratiempo en una interfaz de usuario muy bien construida.
Otra característica que hace que la experiencia sea intuitiva es la pantalla Super AMOLED «always-on» (siempre activada), que se encuentra en un estado de baja luminosidad cuando el usuario no está mirando y se enciende cuando se detecta el movimiento del brazo de llevar el reloj a la altura de los ojos. Sin embargo, el recurso no funciona de la forma más precisa posible.
Características y rendimiento
Vamos a los números ofrecidos por las aplicaciones de análisis de rendimiento. El Gear S3 tiene un procesador dual-core de 1.0 GHz, 768 MB de RAM y sorprendentes 4 GB de almacenamiento interno. El salto con respecto al S2 es nítido y muy bienvenido, haciendo que el S3 funcione mucho mejor de forma independiente del que sólo repercutiendo el contenido del teléfono celular.
Esos 4 GB de espacio interno pueden ser utilizados para instalar nuevas aplicaciones, pero no hay muchas opciones en la tienda de Samsung. El gran problema del Gear S3, en este sentido, es su sistema operativo. El software, basado en Tizen (de la propia Samsung), es mucho más cerrado y burocrático que el Android Wear, utilizado por algunos competidores.
Parear el reloj con un teléfono Android que no sea un top de línea reciente de Samsung es una tarea un tanto ingrata. Es necesario instalar nada menos que tres aplicaciones sólo para que dos dispositivos puedan relacionarse con más claridad.
Dicho esto, el Gear S3 facilita el «gran» trabajo que es sacar el celular del bolsillo para ver una notificación.
Además de los tradicionales contadores de pasos, calorías, hora pernoctaciones y registros de ritmo cardiaco (que funcionan muy bien, por cierto), el Gear S3 viene con soporte a redes Wi-Fi. Esto significa que muchas de sus funciones básicas, como consultar el mapa o echar un vistazo en la predicción del tiempo, funcionan incluso lejos del smartphone.
Aunque no sea completamente independiente del smartphone, se trata de un ligero grado de autonomía bienvenido. Ayuda el hecho de que la batería del aparato (que cuenta con 380 mAh de potencia) tenga una duración razonable: de tres a cuatro días lejos de la toma de corriente.
Conclusión
El Gear S3 es, claramente, uno de los mejores, sino el mejor smartwatch del mercado. Lo que no quiere decir mucho, la verdad. Por mejor, más completo, dinámico e inteligente que sea, el dispositivo es sólo un reloj con las mismas funciones de un teléfono inteligente.
Hasta el día de hoy, la industria de la tecnología no parece haber encontrado una justificación clara para los smartwatches. Como dijimos antes, su principal función es la de acortar el viaje de las manos del usuario: no es necesario sacar el móvil del bolsillo para ver quién te está llamando en WhatsApp, sólo tienes que levantar el brazo.